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Darío de Regoyos

UNA MIRADA IMPRESIONISTA DE DURANGO

21 de MAYO - 29 de AGOSTO de 2021

En esta exposición se muestra por primera vez la última adquisición del Museo, concretamente el cuadro "Mercado en Durango". Para realizar la presentación de la misma, hemos organizado esta exposición, con los cuadros que Regoyos pintó en los años que vivió en Durango, que representan paisajes y gentes de Durango y del Duranguesado.

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En total se recogen 9 cuadros, a parte del nuestro, dos del Museo de Bellas Artes de Bilbao, uno de la Fundación BBK, uno de la Fundación Kutxa y otros 4 cedidos por coleccionistas particulares.

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Se ha publicado un catálogo especial que está a la venta por 10 €.
Por la compra del catálogo consigue gratis una lámina del cuadro "Mercado en Durango".
(En caso de haber realizado la compra del catálogo con anterioridad, puedes pasarte por el museo con el catálogo y recoger tu lámina.)

Exposición Museo de Arte e Historia de Durango - Darío de Regoyos - Mercado en Durango, 1907
Mercado en Durango. 1907

BIOGRAFÍA

Darío de Regoyos (Ribadesella 1856 - Barcelona 1913) que había iniciado su carrera artística en 1882 exponiendo en Bruselas, toma contacto y se enamora del País Vasco cuando al pasar la frontera cada año en sus idas y venidas percibía el verdor de sus campos y la bruma de sus montañas "porque de este deseo que sentía al llegar a Irún viniendo de Bruselas, en los años 83 a 93, nació mi arte, y nada más que de esto". Comenzó instalándose en un faro de la costa guipuzcoana, el del Cabo Higuer, desde donde pintaba todo el horizonte que alcanzaba su vista. "En este faro llevo una vida salvaje... El país es soberbio. Desde mi ventana veo la costa vasca con rocas por todas partes y, del lado de Francia, casi veinte leguas de las Landas, hasta cerca de Burdeos", escribía a sus amigos de Bruselas.

El entusiasmo que nuestro artista transmite por esta tierra es la causa de que su madre adquiriera una casa en San Sebastián en 1888, concretamente en el nº 8 de la calle San Marcial. Y será en 1890 cuando definitivamente se instale a vivir en el País Vasco, una tierra a la que siempre quiso y siempre añoró en sus ausencias.

El 16 de mayo de 1905 se inaugura en Bilbao la cuarta Exposición de Arte Modernista en los nuevos salones de la Filarmónica de Bilbao. Regoyos no puede trasladarse a Bilbao para preparar dicha exposición a causa de una fuerte bronquitis. Envía a su mujer, Henrriette, pero apenas ésta llega a Bilbao, comienza a sentirse mal, y cae enferma víctima de una fuerte depresión. El médico decide ingresarla en el Sanatorio de Santa Águeda (Mondragón). Son momentos duros para el artista. Sus cartas nos delatan su inmensa tristeza y desesperación.

De esta forma, sin mujer y con cuatro hijos, nuestro artista decide pasar el verano en Durango cerca del sanatorio donde se encuentra internada su mujer. Se instala en un piso alquilado de la calle Artecalle, nº 6. Numerosos son los rincones de esta villa que transforma en obra de arte: Artecalle, La Puerta de Santa Ana, La Cruz de Curuciaga.

Sin embargo, a pesar de su gran actividad artística y de su entusiasmo por el arte, las sucesivas desgracias traicionan su ánimo y la casa que ha alquilado en Durango se le cae encima. Se encuentra débil y la bronquitis que arrastraba desde hacía tiempo no se le termina de curar. Su salud, el internamiento de su mujer, los niños, su madre política también enferma, hospitalizada en una clínica y la necesidad de dinero para sufragar todos estos gastos hace que se sienta inmensamente desgraciado. De estos momentos son algunos de los párrafos más tristes suplicando la compra de algún cuadro. Su desesperación se hace patente en las cartas que dirige pidiendo ayuda a Manuel  Losada "contando mis desgracias y diciendo francamente que es un acto de caridad o mejor, haciendo ver que daría un lienzo de 200 por 100 pesetas. Es triste andar mendigando, pero no veo otro medio de ayudarme a mí mismo".

La enfermedad de Henrriette pasa pronto y, en abril de 1906, ya con su mujer curada, acude a pasar la Semana Santa a Ondarroa. Se instala en el Hostal de la Bahía y pinta entonces una de sus obras principales: La salida de las lanchas boniteras.  Se trata de un lienzo de grandes dimensiones que Regoyos expuso en sucesivas ocasiones a lo largo de su vida. Poco después de su muerte fue adquirido por el industrial bilbaíno D. Gregario Ibarra, quien testimonia que durante la guerra civil española este cuadro desapareció, no volviéndose a saber nada de él. Según  una descripción de Rodrigo Soriano, se  trataba de un cuadro "de infinita  melancolía,  mar abierto en el esplendor de un cielo rojizo, trágico, que recortan, como inmensas banderas amarillas, enormes velas, que forman interminable procesión sobre el cabrillero de las aguas". De este cuadro existe un boceto cuyo propietario fue el crítico de arte y amigo de Regoyos, Juan de la Encina.

Exposición Museo de Arte e Historia de Durango - Darío de Regoyos - Calle de Durango, 1907
Calle de Durango. 1907. Colección particular.
Exposición Museo de Arte e Historia de Durango - Darío de Regoyos - Arrabal de Pinondo, 1907
Arrabal de Pinondo. 1907. Colección de la Fundación BBK.

A finales de 1906, la enfermedad ataca de nuevo a Darío de Regoyos. Durante toda su vida fue un hombre débil físicamente y casi todos los años, repetidas veces, caía enfermo de los bronquios. Son las Navidades de 1906, y Regoyos se encuentra enfermo, con una bronquitis que le retendrá en casa cerca de dos meses. El médico le aconseja un cambio de clima, lejos del mar. Después de pensarlo mucho abandona definitivamente su casa de San Sebastián y en marzo de 1907, se instala en Durango, había pasado allí el verano de 1905 y su cercanía a Bilbao le agradaba. Fija su domicilio en la calle Olmedal, nº 46. Durante la primavera y el verano de 1907, todos los montes de Durango y los pueblos de alrededor quedarán plasmados en sus lienzos: El Portalón de Durango, Mercado en Durango, La Peña de Santa Lucía, Las Peñas de Urkiola, Urkiola desde Abadiano, Yurreta,... son un ejemplo de las numerosas obras que pintó en este bello paisaje vizcaíno.

"Esto es colosal para pintar y cada vez tengo más entusiasmo y me siento más joven para pintar en medio de los años que pasan" le escribe a Isaac Albéniz desde Durango.

Aunque entusiasmado con estos parajes, con la llegada del invierno y el comienzo de las lluvias, se aburre y decide que hay que trasladarse a otro lugar más concurrido. Elige Bilbao y en el mes de septiembre de 1907, se instala en el nº 22 de la bilbaína calle Espartero (actualmente Juan de Ajuriaguerra). "En cuanto empezó el mal tiempo, nos entró a todos el mal humor en Durango, pues en verano es un pueblo agradable, sano, barato y con motivos de pintura a la manera que a mí me gusta, con verdes y cielos envueltos", le comenta a Ignacio Zuloaga. De esta forma el ensanche bilbaíno será su nuevo barrio y ahora, la ría de Bilbao con toda su actividad industrial será el objetivo de sus pinceles.

Pasados los buenos días veraniegos, cuando el frío y la lluvia llegan a Vizcaya, nuevamente la familia Regoyos se prepara para la marcha, y los días de este invierno de 1911 será la ciudad de Barcelona quien acoja a esta familia.

Sin embargo, al comenzar el año 1913, la tragedia asoma por todas partes. A su hijo Luis se le ha declarado la tuberculosis y pasará todo el año en la cama. El mismo Regoyos se siente cada vez más enfermo pues su cáncer de lengua avanza. Su estado de deterioro físico y su numerosa familia, con una mujer embarazada de su cuarto hijo hace que su vida social se reduzca cada vez más. El día 29 de octubre de ese mismo año, Darío de Regoyos moría en Barcelona. El Ayuntamiento de esta ciudad se hizo cargo del entierro y sus restos descansan en el cementerio de San Gervasio.

Entrevista a Garazi Arrizabalaga (directora del museo) en Radio Euskadi, en el programa presentado por Idoia Jauregi.

Reportaje en EITB sobre la exposición
Duración 1:25