9 de OCTUBRE - 24 de NOVIEMBRE
La obra reciente de Gaztelu representa un antes y un después en su carrera artística. Tras muchos giros y cambios bruscos -como es natural en toda mente creativa- ha logrado encontrar una voz propia. Abriendo a su vez nuevos caminos para la pintura en un estilo sólido, brutal y al mismo tiempo poético, conceptual, místico y estético. Un estilo propio que no necesita apoyarse en nada del exterior, que sale de dentro a fuera, desde el lado más salvaje, profundo e inexplicable. Y en mi opinión eso es lo que lo hace más interesante e impredecible. En esta exposición podemos ver varios puntos de partida de esta nueva forma de entender la pintura, en donde la propia pintura se vuelve la protagonista por sí sola y cada obra se explica por sí misma, sin necesidad de textos aclaratorios.
Es una pintura gestual, directa y al mismo tiempo muy elaborada y premeditada, como se ve en la cantidad de apuntes y bocetos que presenta. En donde siempre busca el encadenamiento de todas las obras. Imponentes y sólidas, estas obras están llenas de dos de pecho y silencios. Abarcan desde el minimalismo más conceptual, a la pintura gestual más rotunda y directa, pero con un enfoque y estética radicalmente distinta. Reconocibles a distancia y disfrutables tanto de cerca como de lejos, están dotadas de gran belleza y plasticidad. Una resuelta calidad y un claro dominio de las técnicas más variadas del oficio de la pintura.
Estos trabajos abren varios caminos nuevos, a su vez con infinitas posibilidades, que seguro seguirá desarrollando. En la que todos los cuadros se encadenan y conectan entre sí, convirtiéndose esta exposición en una totalidad. Una sinfonía de trazos y colores que nos hacen saltar de un cuadro a otro como si fueran notas musicales o páginas de un diario emocional cargado de musicalidad, colorido, trazo gestual, directo y explosivo. Un corazón latente que se conecta directamente con su sistema nervioso y a su vez con el espectador, que las puede disfrutar tanto individualmente, como en su conjunto y seguro no quedará indiferente.
José Julián Bakedano
(Cineasta, crítico de arte, escritor y ex subdirector del Museo de Bellas Artes de Bilbao)
Entrevista realizada a Xabi Gaztelu por José Julián Bakedano
¿Cómo definirías esta exposición?
El proyecto expositivo pensado para el Museo de Durango lleva como título “Playground” en alusión al plano de experimentación continua en el territorio de la pintura. La idea inicial consistía en reducir la pintura a su grado 0, llevarla a lo más elemental, reduciendo todas las posibilidades a la mínima expresión, es decir al trazo y color. De tal manera que es la propia pintura en sí misma la que se convierte en la protagonista de la obra, dejando al trazo y el color la libertad de relacionarse por sí solos. Creando imágenes que nacen de dentro a fuera, desde lo más profundo e inexplicable para sacar y descargar de manera espontánea y directa todo el vacío interior.
¿Cuánto tiempo te ha llevado realizarla?
Alrededor de dos años pensando. Aunque todos están resueltos en los últimos seis meses por la fecha de la exposición. Es un proyecto de vida al que le he dedicado muchísimas horas y años de experimentación. Para finalmente dar con un estilo y forma de hacer que me represente al 100 % de la manera más natural, libre y espontánea posible.
¿Por qué empezaste a pintar?
Supongo que como una huida del mundo racional. Para mi representa una evasión total, una manera de evitar la angustia existencial, de parar el tiempo o al menos la conciencia del paso del mismo. Pienso que evadirse de uno mismo es la mejor manera de terminar encontrándote contigo mismo, con tu verdadero ser interior, alguien desconocido para la mayoría y completamente distinto a la imagen exterior.
¿Qué representa para ti la pintura?
Todo y nada al mismo tiempo.
Para mí la pintura y la meditación son la misma cosa, es un estado del alma, no tiene horarios. Uno se da a la meditación como se entrega al arte y su vida transcurre en ese devenir contemplativo en donde uno vive sin darse cuenta en un estado de evasión perpetúa de la realidad. Creo que es fundamental saber desengancharse de la realidad, alejarse del mundo exterior y del ruido para encontrarse consigo mismo. Lo ideal sería alcanzar el equilibrio entre lo que uno hace y lo que uno expresa, pero esto sucede casi como un destello en contadas ocasiones, si te coge pintando pueden salir cuadros irrepetibles. La práctica del arte en general creo que es la mejor manera posible de autoconocimiento, reflexión e introspección, especialmente en el sentido más profundo y espiritual.
¿Dirías que tu vida y tu obra están conectadas?
Sí, completamente. Una vida sin arte, sin libros, sin música, cine o sin sentido del humor tiene que ser algo terrible. Si por suerte tienes una mente medianamente creativa ya tienes pasaporte para evadirte y sobrellevar la realidad más seca.
Lo mismo, con el sentido del humor, imagina que horror si tomásemos todo demasiado enserio, la vida sería un sufrimiento continúo e innecesario.
¿Te sientes realizado con lo que haces ahora?
Milagrosamente sí, mañana quién sabe. Creo haber dado con el camino que mejor me representa, con el que me siento más cómodo y puedo ser más directo.
Háblame de tu plan de trabajo actual
Las obras que presento son un primer punto de partida que puede ser de largo desarrollo, y estas a su vez, abren multitud de posibilidades. Eso es lo que más me motiva a seguir adelante.
¿Cómo logras darle forma y coherencia?
Me gusta la idea de que todos los cuadros funcionen como una larga melodía musical, como una sinfonía infinita de trazos y colores encadenados. Con sus altos y bajos, do de pechos y silencios. Cada cuadro me lleva enseguida a otro cuadro y este a otro y a otro encadenándolos todos en una larga sinfonía conectada con el lado más profundo e incontrolable.
¿Qué quieres transmitir con ellos?
Pienso que estos cuadros ayudan a transmitir la idea del infinito. Todos piden continuidad y hacen que la obra crezca más y más. Son muy demandantes y enseguida tienes uno, el propio estilo ya te está pidiendo otro y otro infinitas veces. Hasta terminar formando familias y secuencias de largo recorrido, que más adelante desarrollaré en forma de videoarte.
¿Dirías que están conectados con tu sistema nervioso?
Totalmente, trato de conectar todas estas sensaciones humanas y traducirlas en forma de arte. Si ese momento vital era muy exagerado o explosivo o al contrario muy calmado y sosegado intento traspasarlas para que pasen a formar parte de mi trabajo, como un espejo del lado más profundo e inexplicable reflejo del abismo interior, como un diario de las emociones.
¿Cómo surgieron los cuadros del vacío?
Para mí son los cuadros más difíciles de hacer. Representan el vacío de la existencia, lo efímero de la vida. Son las obras más reflexivas e intimistas. Aparentemente son los cuadros más sosegados y relajantes y al mismo tiempo creo que son los que más calma transmiten, pero paradójicamente, son los cuadros que uno hace en un estado de vacío interior, del desasosiego por el devenir de la propia vida, del sinsentido vital y el vacío existencial.
¿Cómo logras vencer ese desasosiego?
Con fuertes dosis de optimismo y aprendiendo a bailar bajo la lluvia. Total, por más que uno se enfrente a todas las dudas existenciales, si ni toda la filosofía que nos precede ha sabido darle una respuesta clara a estos temas, para qué sufrir. Milagrosamente el propio proceso creativo te evade y alivia al mismo tiempo de esa sensación de vacío.
¿Cómo se produce el salto de tu época anterior artesanal figurativa a la de ahora?
De manera natural. Siento que es fundamental tener una formación sólida y clásica de pintor tradicional e incluso de copista del Prado, conocer a fondo las técnicas de los siglos XVII, XIX, XX y XXI para después romper con todo lo aprendido. En un movimiento de aprendizaje y des-aprendizaje, en el que acaba naciendo tu propio estilo. Pasé por multitud de fases y pruebas opuestas, desde la ruptura geométrica o los cuadros de diseño, hasta dar con el estilo actual, más orgánico y fluido, con el que me siento en total armonía.
Lo ideal es dar con una forma de hacer que te represente al 100 %. Buscar un equilibrio entre pasado, presente y futuro, que a su vez te permita imaginar y crear todas las obras que aún quedan por hacer, tratar de reinventar la pintura o al menos intentar aportar algo. Reimaginar los museos que faltan y hacerlos
¿Qué importancia tiene la inspiración en tu trabajo?
Absolutamente toda. Si fuera capaz de fabricar arte con horario de oficinista, como quien cose un cojín, sin duda sufriría menos. Pero también me resultaría una actividad poco o nada estimulante. La inspiración es fundamental, es el motor que te hace seguir adelante y enfrentarte al cuadro. Como en un combate de boxeo, subes al ring y tratas de vencer al cuadro lo antes posible de la manera más contundente y directa. Si sale bien es magia pura, sino la pelea física y mental puede continuar cantidad de horas interminables.
¿Cómo de importante es la soledad para tu trabajo?
La soledad es algo indispensable, a más horas de silencio solitario, más tiempo de reflexión, introspección y meditación sin interrupción exterior. Sin darme cuenta la soledad me acompaña paradójicamente incluso en compañía. De manera natural prefiero habitar el mundo interior, rumiar ideas, apuntarlas, desarrollarlas o no, dar largos paseos cavilando.
Satisfacción creativa
Creo que no hay nada más estimulante y satisfactorio que la práctica del arte. Especialmente cuando logras conectar tu sistema nervioso con el resultado que obtienes en forma de cuadro o el medio expresivo que decidas: pintura, literatura, cine, video.
Cuando logras sacar de dentro afuera aquello que llevas a fuego y sale bien, o lo clavas es algo increíble. Cuando se dan estos milagros, los sufrimientos se olvidan y se puede decir que hablas tu propio idioma, quedas satisfecho aunque sólo tú lo comprendas. Y si además a futuro conecta con el espectador ya te desmayas.
Éxtasis
En pleno éxtasis toda sensación de vacío desaparece y uno se encuentra en conexión directa con el cosmos y la naturaleza. Si te coge pintando surgen los momentos de máxima lucidez y abandono, donde te sientes como una especie de Chamán, sumido en un trance en donde la danza entre el cuadro y tú se convierte en una conexión directa y espiritual. Sólo por esta sensación ya vale la pena dedicarse en cuerpo y alma a la pintura. Es un estado mental y espiritual.
Mirada lateral
Es fundamental encontrar una mirada lateral sobre las cosas, dar con una voz propia que resuelva imágenes a través de tu cerebro y descarte en la medida de lo posible obviedades para adentrarse en lo profundo y desconocido. Al final te conviertes en un explorador del abismo tanto del mundo interior como del exterior, desgranando todo lo que pueda interesarte y dándole forma en tu cabeza. A veces es agotador y otras puede dar resultados inesperados.
Cabeza Rubik
Al final tu cabeza se convierte en una especie de cubo de Rubik en el que caben cientos de ideas que vas rumiando y dándoles giros inesperados, vueltas y más vueltas, hasta que todas encajan de la manera más simple y sólida posible. Esa sensación de resolver los opuestos es muy estimulante.
¿Figuración o abstracción?
Igual de válidas si sirven para reflejar lo que llevas dentro.
¿Belleza o feísmo?
Como elegir entre negro y blanco. En las dos direcciones pueden surgir obras igual de contundentes.
¿Técnica y estética?
Fundamental dominarlas cuanto antes para que no supongan un freno sino un avance en la búsqueda continua del arte.
¿Qué es para ti el arte?
La expresión más directa y sincera que puedes establecer contigo mismo.
¿Lo ideal en el arte?
Pienso que el mejor arte es el que no requiere explicación alguna, que se explica por sí mismo, sin necesidad de textos ni nada, solo una conexión directa desde el creador hasta el espectador. Eso sería lo ideal.
¿Como la música?
Exacto. La música sin letra puede emocionar profundamente, sin necesidad de significado ni texto puede llegar a lo más profundo de las emociones humanas.
¿Crees que el arte es para unos pocos escogidos?
En absoluto. Pienso que es la actividad más universal que ha inventado el ser humano. Todo el mundo puede practicarlo y disfrutarlo. Todos merecen el mayor respeto posible.
¿Qué opinas del mundo del arte?
Siendo optimista una bendición, que tu obra guste y llegue al espectador a través de cualquier vía es fantástico. Que surjan coleccionistas que deseen adquirir tu obra es magnífico. Por otro lado puede ser un mal necesario si uno pretende vivir de su trabajo. En realidad pienso que el verdadero arte no tiene nada que ver con "el mundo del arte", ni la creación con el comercio. No confundir valor y precio.
¿Qué esperas del público que venga a ver la exposición?
Espero que les guste. A todos nos gusta gustar. Pero en general prefiero no esperar nada de nadie. La expectativa es mejor dejarla a ras de suelo. Así la parte buena siempre puede sorprenderte.
¿Y de la crítica?
Si es buena genial si es mala, lo mismo. En ambos casos están hablando de tu trabajo, lo cual ya es mucho. Tienes que seguir siendo el mismo, tomar nota, aceptarla y aprender de la constructiva, ni alegrarte demasiado, ni mucho menos sufrir por la opinión de los demás. Gustar a todos es imposible.
Público / interpretación
La interpretación de la obra siempre depende de cada espectador. De su conocimiento y experiencia dependerá su interpretación.
Éxito y fracaso
Indisociables, cuanto antes fracases antes mejoras. En todo caso creo que el éxito debe ser algo interno y personal, totalmente ajeno al "éxito exterior" que no depende de uno. El verdadero éxito es estar de acuerdo contigo mismo.
Ego artístico
Un error del sistema, el apéndice más feo del ser humano, en cuanto tomas conciencia hay que operarlo de urgencia. Da la medida exacta del grado de idiotez que nos acompaña.
¿A qué pintores admiras?
Picasso, Matisse, Miró, Tápies, Rothko, Dekooning, Baselitz, Bacon, Freud, Barceló. Sin olvidar a los grandes clásicos:. Velázquez, Sorolla, Fortuny, Pinazo, Vuillard…
¿Y escritores?
Borges, Bolaño, Bukowski, Vilamatas, Cortazar, Pessoa, Kafka, Hesse, Camus, Sartre, Nabokov, Dostoyevski, Schopenhauer, Auster, Hustvedt, Nietzsche, Rulfo, Balzac, Mann, Epícteto, Séneca, Rimbaud, Lautremont, Thoreau y en general todos los escritos sobre Picasso, Matisse, Miró, Tápies, Barceló…
¿Con cuál te sientes más identificado?
Con todos y con ninguno. Creo que somos una especie de rara avis. Una mezcla de nuestras propias reflexiones, que a su vez se alimenta de todo lo que leemos, vivimos y aprendemos de los demás. Pero si tuviera que elegir, diría que me siento más cercano a Picasso en el sentido creativo y a Epícteto o Moratiel en un sentido más espiritual.
Cito dos frases de Picasso
“Todo acto de creación es antes que nada un acto de destrucción.”
“El arte es una mentira que nos ayuda a comprender la verdad.”
Las suscribo completamente. Frases universales magníficas. Su última frase conocida también es de primera.
¿Cuál era?
“Aún hay que inventar la pintura”.
Has creado un estilo infinito. ¿Por qué senda lo vas a continuar?
Si sigo mi instinto probablemente continuaré la senda de esta línea abstracta. Por otro lado, es posible que desborde el trabajo en dos series que tengo en mente. Una erótica y otra conceptual.