Corrían los años 50 y la sociedad vasca se recuperaba poco a poco del varapalo que supuso la dura guerra de 1936-39 y la aún casi más dura posguerra. Durango no fue ajeno a ese movimiento. Las industrias asentadas en ella y su entorno necesitaban mano de obra. Conscientes de esa necesidad las autoridades franquistas crearon en lugares, que hasta pocos años antes habían sido huertas o pastos para el ganado de los baserritarras, barriadas de obreros. Barriadas que asentaron lejos de lo que en aquel entonces era el casco urbano de Durango. Así surgieron San Fausto, Juan de Icíar y el grupo "Esteban Bilbao".

"Esteban Bilbao" conocido popularmente como "El Matadero" es erigido hacia el año 1953, siendo entregadas las viviendas a sus habitantes en diciembre de 1955. 128 viviendas al final del "camino negro", que posteriormente se denominaría "Avenida del Generalísimo" que partiendo de Ezkurdi terminaba precisamente en la nueva barriada. Un núcleo urbano sin servicios ni equipamiento que había reunido a gente de la más diversa procedencia, muchos de los cuales, perdedores de una guerra, albergaban una conciencia social que generó una cierta fraternidad obrera de izquierdas que hizo más llevadera la marginalidad a la cual les había condenado el régimen.

Esa solidaridad se configuró en 1972 en la fundación de la Asociación de Vecinos "Herria" que a lo largo de más de medio siglo ha sido el motor que ha generado en gran medida que el actualmente denominado grupo Aramotz sea como es. Un largo camino con luchas épicas como la desarrollada en 1977 contra la instalación del vertedero comarcal de basuras en sus inmediaciones o la que en 1980 generó que se dotara a ese entorno de una escuela pública. Un espacio en el que la conciencia de clase, la solidaridad y la fraternidad transformaron el mismo en una colectividad felizmente marginada.

Texto adaptado de Jon Irazabal