CREACIÓN DE AMBIENTE A PARTIR DEL MURO Y EN ATENCIÓN A LA PERCEPCIÓN ESPACIO-TEMPORAL DEL ESPECTADOR

Proponemos el muro como superficie de representación y el relieve mural como categoría topográfica de espacio transversal ambiental, cuando utiliza como técnica un conjunto de formas volumétricas complejas a partir del muro, como lugar de disposición y generador de una atmósfera en la relación con el espectador, en atención a la configuración formal, materialidad y aspectos de proximidad o lejanía de la relación perceptiva espacio-temporal a través de distintos puntos de vista.

El relieve se constituye como una operación conceptual de sentido en el espacio transversal, que opera en la creación de ambiente, al explorar recursos de expresión formal derivados de la materialidad, de la forma y del juego de figura y fondo, como elementos constitutivos del relieve (relieve rehundido, bajorrelieve, mediorrelieve, altorrelieve, relieve con escorzo, …. ), lenguaje plástico. Esta transversalidad de espacio opera fundamentalmente en la integración del arte en espacios arquitectónicos de uso comunitario y en la percepción interactiva del espectador a través de su permanencia o circulación.

A continuación presentaremos cinco proyectos concebidos para humanizar vestíbulos de espacios arquitectónicos: Dos murales para portales de la comunidad (viviendas de familias de empleados del Banco Santander); el tercero para el recibidor principal del “Colegio El Salvador Ikastetxea” de Bilbao; y por último, un mural para el hall de acceso al Centro de Investigación Metalúrgica, IK4 Azterlan de Bizkaia.

El paisaje es un espacio transversal de intervenciones humanas modificadoras a diferentes niveles, pero dichas ocupaciones/ desocupaciones siempre son generadores de paisaje. El arte ha de tomar conciencia de estas acciones en el paisaje, dado que a lo largo del siglo XX se han sucedido imágenes insólitas en relación con el paisaje del hombre, que lo han alterado y variado, afectando a su naturaleza. El paisaje es un receptáculo de operaciones, que en muchos de los casos están guiadas por intereses económicos y grupos sociales, pero siempre alejados de visiones utópicas y críticas con este espacio transversal de vivencias humanas.

En este apartado voy a presentar dos proyectos realizados: a) «El laberinto», una intervención en el paisaje urbano de carácter temporal y b) «Puntos de encuentro», una intervención permanente en el paisaje natural.

a) «El laberinto», es un espacio transversal en un espacio transversal, dado que se trata de una intervención en un espacio público. Fue instalado en la Plaza de Pombo de Santander, 1988 y en los Jardines de Méndez Núñez de La Coruña, 1990. Esta instalación constituye un recinto semi-abierto, que juega con la idea de Laberinto-Zigurat y el espacio circundante. Sugiere y permite la circulación, deambulación y participación del público. «El laberinto» es una obra integradora de arte-vida, que pretende despertar la memoria individual a distintos niveles. Destaca el impacto visual como imagen, la relación de escalas, la visión serial, la revelación fragmentada y sitúa al espectador ante un referente como territorio ocupado y lugar de posesión: dentro, fuera, aquí, allí, ..., alrededor, en derredor, vista general y fragmentada de interior-exterior; accesible en una participación vivencial personal del sujeto/ciudadano desde la temporalidad y descubrimiento del exterior-interior, induciendo a un recorrido introspectiva del descubrimiento exterior-interior del «individuo».

Dicha construcción espacio-temporal tiene una planta laberíntica triangular y lineal, así como un alzado de zigurat. Ambos símbolos se complementan e integran en la espiritualidad, en la cultura y en la historia.

En la planta laberíntica existen dos recorridos: uno hacia la torre más alta y central donde se encuentra el ara (alabastro) y se circunscribe la esfera y la representación del plano, solución de la planta laberíntica. El otro es un recorrido hacia lo ignoto. La luz y el color constituyen una parte fundamental e importante en esta obra, ya que desarrollan un lenguaje expresivo y simbólico. El color plata metalizado forma parte del exterior a manera de mimesis y sugiere relacionar la tierra con el cielo, así como la asociación simbólica con la luna. En el interior hay definido un color rojo cardenal o púrpura con el fin de crear una atmósfera densa de potente ascensión espiritual.

En 1984, realiza su primera exposición individual de “Obra Gráfica 78-84” en la Galleria La Bottega delle Stampe en Brescia (Italia) y posteriormente participa en Expobrescia 84. En 2010, es invitada para participar en una residencia en el Centro Alfara Studium de Salamanca (El buril y la pulpa de papel). Ha participado en calidad de invitada en el I, II y III Simposium Internacional de Arte Contemporáneo de Guarda, Portugal, del 2016 (Serigrafía digital), 2017 (Foto-xilografía) al 2018 (Foto-polímeros), al taller de grabado (director José Fuentes). En esta exposición presenta una selección de obras realizadas en la última década con diferentes técnicas y procedimientos.